Reunión de 5 de Julio de 2009

¡En una jornada espectacular!, se desarrolló una nueva reunión del Glorioso Sao. Llena de fraternidad y alegría, aún antes de "chupar" como ventosas...
El asado, como en otras de estas festicholas, resultó de maravilla. Cocinado al estilo "el que pasa mete los garfios", salió para chuparse los dedos... y todo el vino también.
De cualquier forma, Delbón, Leota y el Gallego Muñoz, fueron los que estuvieron al frente de tamaña tarea , casi sin reproches ni insultos. Sí, se escuchó, algún que otro: ¡boludo, se te está quemando, se te está! o ¡se te secan los chinchulines, paspado! Pero nada que llegara a mayores...
En las fotos (y video...) que se muestran a continuación, notarán que no está Cesar. Pues bien, tengan en cuenta que era el que sacaba las fotos... Parecía "Turista Japones". Le sacó hasta el humo de la chimenea del horno... un fenómeno.
En esta oportunidad un par de guitarras amenizaron la tertulia. Muy parejo el desempeño de los improvisados músicos y cantantes: los guitarristas no acertaron los acorde y los cantantes, la letras. De afinar... ni hablar... Y, con el exceso de "totín" de esa hora de la tarde... más no se podía esperar. Lo que se dice un bodrio...
Un párrafo aparte para la proeza de la jornada que, seguramente, pasará a formar parte del idiotario del SAO (junto con la feria de Avellaneda...). Resulta que uno de nuestros compañeros, mantengamos con celo su nombre para evitarle el escarnio general, trató de entrar al quincho, abriendo la puerta hacia dentro, cuando en realidad esta, abría hacia afuera. Basta decir que quedó con la cara en el vidrio de la misma, cual "libélula en parabrisas". Las risas fueron generalizadas y se escuchó algún que otro: ¡Que pelotudo el Juanjo! ¡el Juanjo es un boludo! ¡Juanjo, te sacamo con la espátula, te sacamo! etc. etc.
Con la discreción que nos caracteriza, mantendremos en secreto su nombre. Otro párrafo aparte, si se me permite, para los COHIBAs (¡¡¡habanos, brutos!!!) que trajo Natalio Luburic: ¡espectaculares!
Una jornada sin par, que ni la lluvia ni el frío, pudieron empañar.
¡Hasta la próxima!